viernes, 7 de noviembre de 2008

alucinaciones...


Tomo un cigarrillo, el que apurada enciendo. Una fuerte tos se desprende de mi cuerpo junto con las lagrimas que aparecen de repente. El humo es intenso y rebota en el viejo tazón que contiene restos de un amargo café. Mis manos sudan sin razón, sudor frío, fúnebre y el temblor de la incertidumbre congela mi vientre maltrecho.
El cigarrillo se termina. Busco desesperadamente otro cigarro en algún lugar de esta solitaria habitación, con angustia descubro que era el último. Me asomo por la ventana, me detengo en el sonido de la ciudad, comienzo a sentirme pequeña, diminuta, mientras el olor de esta ciudad me provoca nauseas. Con prisa tomo el tazón de café para beber y sentir en mi garganta ese amargo y excitante sabor que de vez en cuando me tranquiliza ¡Este maldito sudor que no me deja en paz!
Me recuesto en la cama, el ambiente es frió, gris. Recogiendo mis pies logro abrigarme, abrigar mi pecho y quizá logro arropar mi interior. Vuelve el deseo de fumar, aprieto mis manos y cierro los ojos, mis manos siguen estando frías aunque ya logro acostumbrarme, mis ojos están secos, tan secos que hasta me parecen incómodos, sin vida…