martes, 14 de febrero de 2012

Memoria Fuck You!


¿Será el anhelo de olvido un sintoma de cobardía?, o, ¿será que los recuerdos son una letra chica a cambio de nuestra conciencia?, y, por otra parte, ¿será que la única forma de aprender, en esta cadena de sucesos, es a través de los recuerdos que nos propicia cada hecho?
Me enloquece saber que tengo que estar dispuesta a recordar, a guardar cada trozo y bosquejo de la vida. Me irrita recostarme sobre la cama, de espalda, mirar el techo y volver a recrear escenas que ya no están, que se han ido con el tiempo, que se han ido con las emociones que pudieron producir en aquellas circunstancias, en aquellos momentos.
Soy de esas personas que recrea -o cree recrear- situaciones pasadas con los más mínimos detalles visuales, táctiles, aromáticos… es una cualidad que con los años se ha transformado en mi peor defecto. A veces miento –lo sé- y simplemente digo: no lo recuerdo.
Las historias producen fatigas, a veces no sé si son recuerdos reales o de tanto malgastarlos ya he creado recuerdos ficticios, creo con vehemencia que sucedieron, invento nuevas discusiones, palabras que no dije, situaciones irreales, acciones y reacciones erradas.
¿Será que me resigno y afirmo la que soy o busco el piso más alto y me lanzo de cabeza?
De los recuerdos surgen ideas tristes, de los olvidos surgen...