miércoles, 21 de septiembre de 2011

Después de tanto amar.



Después de tanto amar,
De tanto sentir,
Me he quedado así, fría, vacía… sin nada.
No sé si me gusta o me aterra. 
Las cosas son como se crean, como se imaginan,
A veces tengo miedo, a veces no.

Después de tanto amar
Me queda nada,
Ni siquiera odiar… no me queda ni la fatiga ni la saciedad.
 Estoy pensando en qué viene después,
En qué viene ahora, con qué me quedo
¿Recuerdos?, ¿los buenos?, ¿los malos?...

Después de tanto amar
Pienso en si lo volveré a sentir lo mismo
O si me conformo con haberlo vivido,
Pues no dejó nada, ni un poco de tranquilidad.
Tal vez un algo de pasividad ante el mundo,
Ante las cosas.

Después de tanto amar
Me baja una nostalgia cada mes,
De esas que te golpean y te dicen:
 -ya no hay nada- y no sé si reír o llorar,
Pues no queda ni un poquito de algo.
Tal vez un poco de dudas y cosas inciertas.

Después de tanto amar
Me he quedado insípida,
Con planes a medio armar
Y un falso orgullo que me alienta.
Me he quedado quieta y con un reloj de ideas,
Un tic-tac amargo y un rostro mudo.

Después de tanto amar
Quizá han quedado algunas cosas,
Un par de miedos y unos cuantos fantasmas,
Una ecuación sin solución
Y paradojas de pasados, presentes y futuros,
Un repaso de líneas tristes y luces bajas.

Después de tanto amar
Corrijo mi vida todos los días,
Repaso prolijamente las acciones 
Y trato de ser mejor para agradarme,
Para creer que hay algo en mí que siente,
Que intenta, que vive y renace en cada instante.

Después de tanto amar,
Ni siquiera queda el dolor de la partida,
Quizá matices y
Algo de incertidumbre acerca de la vida,
Un par de líneas en papel
Y canciones que no inventé.
Frases a medio hacer,
Palabras que no recuerdo o que no dije.

Después de tanto amar,
No sé si fue tanto en realidad,
Algo le faltó a la inmensidad.
Y es así como se me van las horas
Intentando no mirar hacia atrás,
Es que me he quedado sin presente
Solo con un final.





Safo de Lesbos.

lunes, 19 de septiembre de 2011

No sé que más extraño.

¿Será que había dejado el escepticismo?
No sé que más extraño…
Si las botellas de vino sincero o
Esas conversaciones interminables
Si ese sueño profundo enredada en piernas ajenas que parecían mías o
Aquellos orgasmos dibujando melodías…
Aún no sé que más extraño,
Si son esas noches mirando luces capitalinas o
Las siguientes noches con faroles porteños
Si esas esquizofrénicas discusiones o
Sordos gritos a kilómetros de distancia…
Estoy en una lista inagotable de cosas que no son mías
Y que extraño como si lo fueran,
Es difícil discriminar lo uno de lo otro,
Podría ser que extraño creer en teorías absurdas
De “la vida de a dos”, “almas destinadas a estar juntas”
O saber que si es así estoy jodida –y tú también-
He subido el primer escalón /el más alto y arduo/
Y me quedan cientos por completar…
Todos los días tengo una excusa nueva para dejar
Este trabajo de escoger que es lo que indudablemente
Extraño, y no sé…
Será ese optimismo caprichoso
O los sueños construyendo una vida juntos
Si creer ser feliz o serlo realmente
Si ese dolor maldito o aquel dolor miserable
Si la dependencia color rosa o tal independencia con algo de escalofríos…
Sigo y me confundo,
Serán esos llantos etílicos o
Las enajenadas escenas al estilo “trainspoting” que se armaron sobre un escritorio…
si tenerte o esperarte
si odiarte o amarte
si luchar por un castillo de rocas firmes o la angustiosa lucha por su reconstrucción
si tus labios dibujando la palabra “loca” o “brillante”
si hacerte sentir orgulloso o inmensamente decepcionado…
¿Qué será? –me pregunto igual de confundida-
Si tú respiración agitada en mis oídos o
Tú calma sobre mi pecho
Si el rechazo o la necesidad
Si las mentiras o las verdades
Si tus manos o tu lengua
Si las palabras o el silencio
Si el frío en la nieve o el calor sobre el sillón
Si el inicio o el fin
Si…

miércoles, 14 de septiembre de 2011

¿Día dos?


¿será el día dos?, ¿día dos de qué?, si objetivamente mi dolor físico es solo un accidente, un circunstancia a mi realidad como sujeto, realidad incomoda, realidad que me obliga a esta relación constante entre yo y el mundo, el mundo y yo... yo y yo.
pensándolo bien, este dolor físico fue la mejor excusa para mi auto-exilio -algo cobarde- que he necesitado para no mirar a nadie, para no escuchar a nadie, para escapar del enjambre humano, de ese enjambre con sus vidas que no me interesan y que me han obligado convertirme en una ermitaña moderna, que dejó de carroñar comida por la carroña de colillas de cigarro botadas en algún lugar de esta pieza.

Uno

I
No sé qué hora es, de todos modos es lo que menos me importa. Las luces son bajas, brumosas y tengo un dolor miserable en el último hueso de la columna.
Hace unos días soñaba con la melancólica compañía de la soledad, no imaginé que vendría acompañada de la decadencia física.
No puedo hacer nada más que escribir y fumar, dos cosas que indudablemente me gustan, es más, son dos de las tres cosas que amo hacer –la tercera es beber vino en caja-.
Me siento como Frida Kahlo, pero en vez de estar postrada de espalda estoy de lado y en vez de pinar, escribo.
Las horas devienen lentas y asesinas, como si disfrutaran de mis quejumbrosos expresiones verbales y para-verbales.
Ayer estaba estancada en la el dolor, el desamor y la destrucción, hoy solo quiero quietud inquieta. Quiero sentarme en un silla de madera con un vaso de vino y reírme de la gente, de los desastres naturales, humanos y de la miseria. Quiero también reír de mí misma.

La realidad ha perdido sentido y lo peor  de todo es que mi cuerpo me grita esquizofrénicamente: ¡eres una idiota!, ¡una mierda! (já... como si no lo supiera). Es como si satanás me hubiese vomitado ácido justo ahí.
Ahora... trato de encontrar una mirada directa en las pinturas que hice en algún momento y están en las paredes de mi pieza, pero todas ellas están mirando hacia el cielo ¡qué irónico!, sólo necesito que algo o alguien me mire a los ojos y me hable, me cuente un poco de cómo se siente y así, tal vez, pueda saber cómo me siento yo, eso sería como verse reflejado en el otro, pero, no sé si habrá tanto vacío en el otro.
Desconozco el arte de la música, pero sé que podría escribir acordes con el dolor que siento tum-tum-tum, acordes algo roncos y tristones, con un poco de altanería y furia, como los acordes del amante que pilló a su amada en la cama con otro. una bomba directa al ego. 
No tengo ni mirada, ni semblante amable, sé que nadie, aparte de mis cercanos, podría llegar a amarme y creo que eso es bueno. La mayoría de la gente odia cosas que no son odiables, yo, en cambio, odio el sentimiento que produce la necesidad, el sentimiento que en verdad no siente¿Eso sería odiar la mentira? 


Siempre supe que me costaría vivir la vida, recuerdo que a los cinco años, en mis viajes en micro, me entretenía mirando los rostros de las personas que estaban en la calle y pensaba angustiosamente; ¿qué habrá tras ellos?, ¿cómo serán sus vidas distintas a las mías? todo eso me atormentaba, presionaba mi pequeño pecho. Hoy creo que era mejor no pensar en nada. Siempre le tuve fobia a la gente, dibujaba pecados en mi mente que algún día concretaría, como matar a alguien, follar con alguna persona prohibida o molestar a la gorda o al homosexual de la clase.  
No sé por qué me ilusiono pensando en mañana, como si el inicio de un nuevo día cambiara en algo las cosas. Quizá sea porque me provoca demasiada ansiedad el insomnio, tengo miedo de no poder dormir nunca más.
¿Pesimismo?, es mejor que cagar flores y arco iris por todo el mundo, encontrar frases de intelectuales muertos y enseñarles a vivir a las personas –malditos lame vergas-.  

lunes, 5 de septiembre de 2011

Me molesta el mundo.



¿Será que mi mente egoísta o mis brazos amargos son los que se asustan de la compañía?
Me molesta caminar y que pasos ajenos compongan melodías junto a los míos. Me desagrada ver a gente que me conoce en las calles. Odio que suene mi teléfono… Sueño con esas noches frías, tranquilas, sordas y verdaderas. 
Olvidé como tratar al sexo opuesto. Se me perdieron aquellos disfraces que ocupaba para relacionarme con el sujeto común y corriente, olvidé hasta relacionarme con el sujeto excéntrico y de mente extraña.
Me parecen estúpidas las relaciones amorosas, falsas, posesivas, de un amor estruendo y efímero, condicionado, egoísta, de promesas irrisorias y absurdas.
Me molestan los rebeldes posmodernos, la subversión online, la creatividad del joven estudiante, de ese actor social que se siente orgulloso de su carrera funcional mediocre, que se cree mejor que el sopaipilla, que las lacras antisociales, que el carepolera.
No hay nada más desagradable que los intelectualoides o artistoides, esos de un mundo shúper logo, de fiestas en el cine arte Alameda, de copetes extraños y gente bella con una excelente materia gris.
Me molesta publicar estas letras de mierda en una red social sin sentido.

jueves, 1 de septiembre de 2011


"La masturbación es el secreto universal, el secreto compartido por todo el mundo, pero que nadie comunica nunca a ningún otro" Michel Foucault.