Sentada frente a la ventana… trato de ver las nubes que se agrupan para formar un gigantesco y sombrío veneno, veneno que quisiera beber… una dulce melodía se escurre del agitado viento… mis alucinaciones danzan al compás de aquel ritmo, danzan al compás de aquella lujuria poco tangible, poco entendible… tomo del cielo un papel en blanco y escribo enloquecidamente, blasfemias se escapan de mis afilados dedos, mis letras lastiman aquella hoja, ensangrentada disfruto al leer que nada concreto he podido perpetuar. Arrugo el papel y lo lanzo al cosmos, estoy segura de que alguien lo tomara y difundirá tales aberraciones, estoy segura de que todos creerán y se harán devotos a tales maldiciones.
lunes, 22 de diciembre de 2008
domingo, 7 de diciembre de 2008
Tu silencio.
En esta noche calida me pierdo…
el silencio que nos divide
detiene mis pensamientos,
ese silencio que congela mi alma,
que eriza mis suspiros,
me produce una amarga angustia,
tal vez sea una necesaria melancolía…
me aprietas contra tus deseos
pero tu voz no existe.
Tus ojos enajenados me atraviesan
y tus labios siguen sin pronunciar palabra alguna.
¡que silencio tan ensordecedor!
Aprietas mi espalda con tus dientes
como con ganas de arrancarla, de dañarla,
mientras yo disfruto de tus violentas acciones,
de tus agitados movimientos.
Estás tan cegado, no logro reconocerte…
¡maldito silencio!
En momentos quiero escapar de él…
salir sin más…
correr por tus curvas
y drogarme en tu aroma,
bañarme de tu húmedo sudor
que a ratos me paraliza.
Tantas cosas podría yo decirte…
en un segundo podría yo mutilar este silencio,
pero tan innecesarias serian mis palabras,
tal vez he logrado entender el por qué de tu silencio.
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