domingo, 7 de diciembre de 2008

Tu silencio.


En esta noche calida me pierdo… 
el silencio que nos divide 
detiene mis pensamientos, 
ese silencio que congela mi alma, 
que eriza mis suspiros,
me produce una amarga angustia, 
tal vez sea una necesaria melancolía… 

me aprietas contra tus deseos 
pero tu voz no existe. 
Tus ojos enajenados me atraviesan 
y tus labios siguen sin pronunciar palabra alguna.
¡que silencio tan ensordecedor!
Aprietas mi espalda con tus dientes 
como con ganas de arrancarla, de dañarla, 
mientras yo disfruto de tus violentas acciones, 
de tus agitados movimientos. 

Estás tan cegado, no logro reconocerte… 
¡maldito silencio! 
En momentos quiero escapar de él… 
salir sin más… 
correr por tus curvas
 y drogarme en tu aroma, 
bañarme de tu húmedo sudor 
que a ratos me paraliza.

Tantas cosas podría yo decirte… 
en un segundo podría yo mutilar este silencio, 
pero tan innecesarias serian mis palabras, 
tal vez he logrado entender el por qué de tu silencio.

No hay comentarios: