Es más fácil
desprenderse de lo real que de un concepto, una idea. Ya que las últimas nacen desde
un deseo interno, un afán, en donde los ojos se apartan del exterior para
volverse hacia dentro.
Es más fácil
desechar eso que existe, que aquello que imaginamos. Nos hacemos dependientes y
cómplices poco a poco de la fantasía hecha carne, persona, objeto o verdad.
y de fondo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario