Estaba tendida -inmóvil- sobre la tierra, tal vez podía moverme, sin
embargo no quería hacerlo. Preferí dedicarme a ocupar las pocas energías que
quedaban a pensar un rato, a pensar en esta extraña y dolorosa existencia. Claro estaba,
ya no había nada –o mucho- por hacer. Caminé tanto tiempo por aquellos senderos, que tardé mucho más en
encontrar el camino de regreso y casi una eternidad en dar por muertas estas
tierras que en algún momento fueron fértiles, fueron vida.
viernes, 18 de enero de 2013
jueves, 17 de enero de 2013
Monólogo melancolía.
Esto ya estaba seco y reseco, solo faltaba que la tierra se
partiera.
Caminé horas y horas sobre la tierra muerta, sostuve un balde con
agua y de nada sirvió. Se secó mientras lo cargaba en mis manos heridas, caí de
rodillas, no había más fuerza.
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