jueves, 14 de agosto de 2008

Una mujer

¿Y si te entrego mi cuerpo?… para que sediento de deseos individuales tomes de él lo que quieras. Quizá, será difícil imaginar en que estarás pensando… qué pasará por tu cabeza en ese minuto de emociones, sentimientos y locuras. Tal vez perdida en pensamientos y reflexiones (innecesarias) te seda mis labios, mi espalda, mi cintura para que disfrutes de ello. En ese momento, a lo mejor me detenga en un punto de la habitación y deje mi mente en blanco. 
Ingenua de lo que estoy haciendo, te obsequiaré mi piel suave, y, tú, cegado de pasiones, corrompas toda señal de sentimientos y ni siquiera mirando mis ojos logres ver más de lo que la propia naturaleza te permite… Tal vez eso no tenga importancia para estos momentos, que no necesitan explicaciones racionales… 
Tú reirás, sudaras enloquecerás y agotado te recostaras boca arriba. Yo, por mi parte, trataré de sentirte, tratare de sentirte mío… fantasear con tus labios, soñar con tus ojos…. Te besaré una y mil veces, te entregaré también mis secretos más profundos. 
Mientras tú estés boca arriba recostado, yo miraré el cielo a través de una pequeña ventana y sólo veré nubes grises, tal vez una lagrima se escape de mis ojos y se deslice por mi mejilla, pero, aunque voltee hacia t,i no lo notarás, porque difícilmente te detendrás en mi rostro…

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