miércoles, 14 de septiembre de 2011

¿Día dos?


¿será el día dos?, ¿día dos de qué?, si objetivamente mi dolor físico es solo un accidente, un circunstancia a mi realidad como sujeto, realidad incomoda, realidad que me obliga a esta relación constante entre yo y el mundo, el mundo y yo... yo y yo.
pensándolo bien, este dolor físico fue la mejor excusa para mi auto-exilio -algo cobarde- que he necesitado para no mirar a nadie, para no escuchar a nadie, para escapar del enjambre humano, de ese enjambre con sus vidas que no me interesan y que me han obligado convertirme en una ermitaña moderna, que dejó de carroñar comida por la carroña de colillas de cigarro botadas en algún lugar de esta pieza.

No hay comentarios: